domingo, 18 de mayo de 2008

Carta abierta a la sociedad


Temprano amanece mi dolor de angustias que no cesan.
No hay mayor dolor que el que se siente cuando uno fracasa, fracaso que acuño con creces, hasta que tomo color para que se notase.
La salvedad es haber tratado, porque peor es no haberlo intentado. Sin embargo el dolor es tan intenso que uno piensa que hubiese sido mejor no realizarlo y conformarse.
Aunque en realidad, si pudiera volver el tiempo atrás volvería a intentarlo, aun sabiendo que fracasare. Porque un mal momento no puede impedirnos soñar, porque en el momento que dejas de soñar dejas de vivir. Si no sueñas para que vives?

Creo que este es el peor pecado que comete la mayoría de la sociedad: el no soñar. Creo que nuestros gobernantes a escala mundial han trabajado mucho para lograr su cometido.
El ciudadano tipo de hoy no sueña, no piensa, no lee, no arriesga, simplemente se limita a lo seguro: un empleo que lo mantiene entretenido durante el día y por la noche esta función esta dada por un programa de TV vaciado de contenido cultural, lo cual no le da tiempo de ocio para cultivarse, tener inquietudes o simplemente intercambiar opiniones con los seres queridos.
Desgraciadamente el mundo se rige por el capital y lo espiritual y /o intelectual esta dejado de lado.
Vivimos en los albores de una época en la cual es único valor es el de cambio y todo o casi todo es realizado en aras del interés.
Somos una sociedad individualista, hemos olvidado el concepto de colectividad. Ergo no tenemos registro del otro.
En el mundo existe una preferencia por la estupidez, una primacía suicida por lo ordinario.
Como podemos vivir en un mundo donde prima el egoísmo, la codicia, la mezquindad.
Yo sigo teniendo la utópica esperanza de que puede haber un mundo mejor, mas equitativo y justo para todos.

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